Pasó entre Cri-Cri, Topo gigio, la rama del mangal, visitas a mis abuelitos, la casa-escuela donde la seño era mi mamá, mis perritos, el Paquito, la Julia y Guichito, las estrellas, que eran las luces de la casa de Diosito, que siempre tenía gorra, los zompopos de mayo, la piscina, las ronchas en mis piernas por los zancudos, libros en el cuarto de la esquina donde leí “la crónica de una muerte anunciada”, me resbalaba entre costales por los barrancos, bajaba naranjas, mangos y jocotes, domingos de helado “ron con pasas”, fines de mes con cajitas de Pollo Campero, diciembres de cartas a Santa Claus y su llegada con lo que pedí, soplar “mishitos”, saltar en charcos después de la lluvia y hacer pasteles de chocolate (lodo)… guah! Corríó 1984 a 1990 ya tengo un nudo en la garganta, quisiera que todos los niños fueran tan felices como yo en esa época maravillosa llamada infancia y que hoy en el Día del Niño recuerdo con tanta nostalgia.
Pero de los niños y niñas menores de 6 años en Guatemala que son aproximadamente 2.8 millones, se estima que casi 1.6 millones vive en condiciones de pobreza y más 1 millón en extrema pobreza. Tenemos una de las tazas más altas de mortalidad maternal y una cobertura de 49% de preprimaria para los niños menores de seis años http://www.unicef.org/guatemala/spanish/infancia_18479.htm . Por si fuera poco la violencia los aqueja directa o indirectamente, cada mes hay niños víctimas de una bala perdida o de una mente desquiciada como sucedió en el asesinato de Tactic, Alta Verapaz http://www.prensalibre.com/alta_verapaz/Muere-linchado-hombre-ninos-escuela_0_772722854.html Debemos trabajar para que su realidad no sea tan cruda, debemos defenderlos y acusar a quienes vulneran sus derechos.
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